jueves, 19 de junio de 2008

Filosofía Antigua








FILOSOFÍA ANTIGUA1 (VI a.c. – V d.c.), se suscita cuando un grupo de pensadores comenzó a buscar explicar de modo racional el origen de todas las cosas.
La filosofía antigua se divide en 4 periodos:

http://www.youtube.com/watch?v=Qp6NFDbtWvY&feature=youtu.be 



1. Cosmológico o presocrático (VI), empieza con la investigación del cosmos y sus componentes. Estos filósofos son:
a.Tales de Mileto (c. 624-562 a.c.), Natural de Mileto, en la costa jónica de Asia Menor y es considerado por las generaciones posteriores como uno de los siete sabios de Grecia, se interesó por los fenómenos astronómicos
2, físicos y meteorológicos, y sus investigaciones científicas le llevaron a pensar que todos los fenómenos naturales son formas diferentes de una misma sustancia fundamental (una primera idea sobre el monismo) que él creía era el agua3, pues pensaba que la evaporación y condensación eran procesos universales4. El agua, para Tales es el principio animado (por sí mismo) y animador, pero no animado por otro; es lo eterno, por lo tanto –como diría Aristóteles- para Tales “todo esta lleno de Dioses”, “incluso el imán tiene alma”.
b. Anaximandro (c. 610-547 a.c.), filósofo, matemático y astrónomo
5 griego. Oriundo de Mileto. Discípulo y amigo de Tales. Ofreció una idea más elaborada y mantuvo que la base de toda materia es una sustancia eterna que se transforma en todas las formas materiales conocidas; a ese primer principio (argé)6, sustancia intangible, invisible e infinita lo llamó apeiron (“lo ilimitado” o “indeterminado”). Comprendió que en todas las cosas se podría encontrar una sustancia no observable. Debido a su movimiento7 continuo, las sustancias conocidas -como calor, frío, tierra, aire, agua, etc.- evolucionaron de una forma ininterrumpida generando a su vez los distintos objetos y organismos que conformaron el mundo sensible. Anaximandro se anticipa a la “evolucion adaptativa”8, que más adelante sería desarrollada por personajes como Darwin.
c. Anaxímenes (c. 570-500 a.C.), para él la sustancia primera es algo conocido y material (determinado): el aire
9 (pneuma). Creía que los cambios que sufren los objetos se pueden explicar a través de los procesos10 opuestos de condensación y rarefacción del aire originado por el calor y el frió.
d. Pitágoras de Samos (c. 570 - c. 496 a.C.), filósofo y matemático griego, fue instruido en las enseñanzas de los filósofos jonios. Fundó su escuela (una sociedad o comunidad) pitagórica, que se distinguió de las demás escuelas por su carácter ascético y religioso; en la que Pitágoras se convierte en una especie de “guía y padre de la filosofía divina”. Platón dice que “Pitágoras se hizo acreedor de un enorme respeto por el especial modo de vida...”
Es más que posible que esta escuela haya recibido influjo del Orfismo
11 por las diversas coincidencias existentes entre sí.
Pitágoras predicaba que el mundo de lo sensible es engañoso, por lo que para lograr el verdadero conocimiento era necesario usar el razonamiento intuitivo
12.
Esa intuición es la que le llevaría a proponer a los números
13 como el argé, principio de todas las cosas, de toda naturaleza; naturaleza, que por cierto, es una mimesis (imitación) de los números14. Los números son los encargados de proporcionar armonía y regularidad al devenir (cambio de las cosas). Pero la unidad no sólo es el origen y sostén de todo lo existente, sino, también el final (la metempsícosis15). Pero este final no sólo era para el alma (como busca de su purificación16), sino también para todo el cosmos (lo que se conoce como metemcòsmosis).
En la astronomía, los pitagóricos, aportaron grandemente al pensamiento científico clásico, en tanto que fueron los primeros en concebir a la tierra como un globo que gira junto a otros planetas, armoniosamente, alrededor de un fuego central.
d. Heráclito de Éfeso (540-476 a.c.), filosofo de estilo oscuro
17 y de carácter austero18.
El proyecto de Heràclito fue el de encontrar un principio unificador, que explique la naturaleza del cambio y la permanencia del mundo. Por lo que, vamos a sintetizar su teoría en tres aspectos; para él existe:
El fugo
19, principio activo, razón divina, ley universal del mundo, logos o Dios mismo; ya que el fuego es todo (de él sale todo, él rige todo y en él se consume todo =el fin).
Una realidad cósmica en constante cambio (panta rei = todo cambia)
20, afirmó que todas las cosas se encuentran en un estado de flujo continuo, puro devenir; el universo, según él, es un desenvolverse incesante, de los contrarios, de lucha entre ellos21. Por lo que la extinción de un contrario es la vida del otro; y la muerte de éste, es el regreso a la existencia del primero. Para Heràclito la realidad es, esencialmente, una y múltiple a la vez. De modo que la estabilidad es ilusión.
En todo el cambio hay un orden, como ya lo dijimos anteriormente el fuego es la razón divina, es la ley universal, responsable del cambio ordenado de las cosas: “hace frío porque ya no hace calor, algo nace porque algo muere… y así sucesivamente.
La doctrina del logos de Heráclito, que identificaba las leyes de la naturaleza con una mente divina, evolucionó hacia la teología panteísta
22 del estoicismo (lo veremos más adelante).
e. Parmenides de Elea (c. 515-c. 440 a.C), el más grande de los filósofos presocráticos
23. Parménides propone, en su planteamiento filosófico, dos caminos para alcanzar el conocimiento:
El camino de la verdad (episteme), propio del filósofo, de los que confían en el pensamiento (en la razón).
El camino de la creencia, de la opinión (doxa), propio de los que confían en las percepciones o sensaciones (que lleva al error, a la apariencia) que muchos aceptan como verdad, pero se equivocan.
Por el cambio y la multiplicidad, el nacer y el morir son solo nombres. Sólo el ser, uno e inmóvil es real y verdadero. Pues para que haya movimiento, significaría que “algo viene al ser”; pero ¿de dónde viene? Parménides da dos alternativas:
Viene del ser. Si esto es cierto, entonces no proviene verdaderamente, porque lo que viene del ser ya es. (Es como decir que yo saco algo de mí para darme a mí mismo, “de modo que tendría algo nuevo”)
Viene del no-ser. Tampoco seria cierto, porque del no-ser (nada) no sale ni viene nada.
En conclusión: no existe el movimiento
24. Por lo que vemos, Parménides asumió una postura opuesta a la de Heráclito en la relación entre estabilidad y cambio.
f. Empédocles de Agrigento (c.494-434 a.c.), filósofo y poeta, cuyo proyecto filosófico, no fue tanto plantear una nueva filosofía, como consolidar y conciliar el pensamiento de sus antecesores25. Por lo que esta actitud conciliadora le lleva, a Empédocles, a proponer cuatro elementos (que él, más bien, los llamaría raíces) que son fundamentales, inmutables y eternos: la tierra, el aire, el fuego y el agua26, pues concebía, a lo igual que Parmènides, que dicha materia (agua, por ejemplo) por ser inmutable no puede convertirse en materia de otra clase (fuego, por ejemplo), es decir, del agua no sale el fuego. Pero con esto parece ser que estuviera dando la razón a Parmènides, y ¿qué hay con cambio de Heràclito? O mejor dicho ¿Cómo explica la multiplicidad de los seres, a partir de sólo cuatro elementos?... La respuesta, es un tanto sencilla: Empèdocles explica la formación del mundo (por consiguiente, la multiplicidad de los seres) y de todo lo que hay en él a partir de unas fuerzas físicas activas27 (cuyos nombres son un tanto míticos):
Amor (filòtes), que reúne y une las partículas de los cuatro elementos, desempeñando una función constructiva.
Odio o discordia (neixos), que separa las partículas causando la extinción de los objetos.
De esta manera, es como Empèdocles explica el pluralismo de los seres que no niegan la unidad.
Otro aspecto que tocó Empèdocles, fue la transmigración de las almas
28.









1 La antigua Grecia, poblada por distintos grupos étnicos, estaba formada por diversas ciudades-estado independientes. Los estados vecinos firmaban ocasionales alianzas, como la formada para crear una fuerza defensiva común bajo el liderazgo de Esparta, durante la invasión persa de Grecia en el año 480 a.C. Las ciudades-estado también lucharon entre sí, como fue el caso de la guerra del Peloponeso desde el 431 a.C. hasta el 404 a.C. entre Esparta y Atenas.2 Se dice que predijo mediante cálculos matemáticos, un eclipse solar en el año 585 a.c.; o que midió la altura de una pirámide en Egipto (teniendo en cuenta la sombra de la misma).3 Estando en Egipto, es muy probable que viera cómo todo crecía en cuanto las aguas del Nilo se retiraban de las regiones del Delta. Quizás también viera cómo, tras la lluvia, iban apareciendo gusanos y ranas.4 Es decir el agua (con ser un solo elemento) pasa por diversos estados (cambia) de liquido a gaseoso y viceversa (pluralidad); además, Tales pensaba que el agua al permanecer en estado sólido por mucho tiempo se convierte en tierra.5 Su concepción del Universo era como la de un número de cilindros concéntricos, de los cuales el Sol estaba al extremo, en el medio la Luna y el más interno contiene las estrellas. En el centro de todos ellos está la Tierra. Con sus propias palabras diría, en una obra atribuida a él –“sobre la naturaleza”- “… además, había un movimiento eterno en el que se engendraban los cielos”... y el mundo que conocemos se formo mediante movimientos arremolinados; los elementos más pesados, que eran la tierra y el agua, permanecieron en el centro del remolino, el fuego salía despedido hacia la circunferencia y el aire quedaba en el medio. (Frag.5)6 Podría interpretarse que al principio existía una unidad primitiva, que talvez por fuerza inmanente del apeiròn, surge el nacimiento de las cosas. Por lo que la formación de los mundos significaría el fraccionamiento de la unidad y de la armonía del principio divino, la degradación. De modo que deberíamos concluir que el nacer significa un mal, mal del cual todas y cada una de las cosas participa, mal que se entraña en la generación del os mundos.7 Para Anaximandro el origen del Universo fue el resultado de la separación de opuestos a partir del argè. Así, el calor se movió hacia fuera, separándose de lo frío y, después, lo hizo lo seco de lo húmedo, aunque en algún momento todo regresará al elemento de origen.8 Esto supondría que la vida salió del mar, y que las formas actuales de los seres vivientes serian el resultado de su progresiva adaptación al medio ambiente. ¿Y el hombre de donde salió? Pues, según Anaximandro, el hombre salió de animales de otra especie.9 Es posible que proponga como argè al aire, por el hecho de la respiración, ya que gracias a la respiración el hombre vive; lo que pasa es que Anaximenes realiza un paralelo entre el hombre y la naturaleza: "Así como nuestra alma nos mantiene unidos, así también el aliento y el aire circundan en el cosmos”.10 Estos procesos, decía Anaxìmenes, transforman el aire, en entidades visibles —como el agua, el fuego y las materias sólidas—. Pensaba que el aire al calentarse se convertía en fuego (rareficación) y cuando se enfría se vuelve sólido (condensación).11 (Órfismo) (cf. L. Gil Fernández “Gran Diccionario Rialp” V. XVII. Pp. 414-415). Conjunto de Creencias, de Ritos y prácticas religiosas propias de la religión Órfica cuya revelecaiòn se le atribuye al poeta Orfeo, una figura mìtica, detràs de la cual probablemente exista un verdadero fundador religioso (...) El Orfismo establece una tajante dicotomía entre el alma y el cuerpo. El alma es inmortal y preexiste al cuerpo. Admiten la transmigración de las almas. La vida más auténtica se alcanza cuando mayor es la desvinculación entre el alma y el cuerpo (...) Con la creencia de la transmigración de las almas se combina la de premios y castigos después de la muerte. Eran panteístas.12 “… enseñaba que conocemos el mundo por las impresiones de los sentidos, pero que este mundo es artificial y esta distorsionado. Tras todas las relaciones, existe otra realidad, más permanente y de índole esencialmente matemática, que no está al alcance de nuestros sentidos y que ser descubierta por el razonamiento intuitivo.” (Cf. James F. Brenan “Historia y Sistemas de la Psicología” Ed. Pretince Hall, 5º Edición. México, 1999. pp. 23.)13 Es importante hacer notar que los números no eran para ellos, lo que son para nosotros hoy en día (entidades abstractas y fijas), sino más bien, ellos los entendían como una fuerza generatriz del movimiento de los diversos fenómenos y del cambio de la naturaleza.14 Los números nos muestran una causa que les engendra: el uno (eterno e inmutable) que da origen a la dualidad (par y dispar) y de esta dualidad surgen las cosas.15 La metempsícosis también es conocido como transmigración de las almas; por lo que Pitágoras afirmaba que el alma, después de la muerte, desciende al Hades para purificarse y luego de una serie de transmigraciones (regresos a la vida, pasando de un cuerpo a otro –el mismo Pitágoras divulgaba que él había sido Euphorbus, que había combatido en la guerra de Troya) que sólo cesaría cuando se haya logrado una vida de abundante bondad.16 Cabe señalar que lo pitagóricos hacen una clara distinción entre el cuerpo y el alma –coinciden con el orfismo-; es más, ellos conciben al cuerpo (soma) como la tumba (sema), es decir el cuerpo es la cárcel del alma, por lo que se hacia necesaria la muerte para su liberación.
Ahora bien, ellos no proponían “que se debiera esperar la muerte con los brazos cruzados” sino más bien, proponían una serie de practicas acéticas-religiosas para lograr la purificación del alma, consistente en, por ejemplo, la práctica del silencio, la música y el estudio –evidentemente- de las matemáticas; prohibiciones, tales como no comer carne, no andar por la calle principal; así entre otras cosas exigían la sencillez en el vestido y en las posesiones, hábito al autoanalisis, etc.
17 Este apodo (de oscuro = Skoteinòs) se lo ganó porque sus escritos dicen cosas como: “La naturaleza gusta de ocultarse…”18 Por algunos indicios se le puede atribuir un temperamento melancólico, ya que le gustaba vivir apartado y solitario.19 Heràclito dice: “Este mundo, el mismo para todos, ni los dioses lo hicieron ni tampoco los hombres, sino que ha sido, es y será siempre fuego que se enciende y se apaga en la misma medida”. También es importante decir que Heràclito no propuso el fuego, sólo por un afán de decir algo nuevo y diferente a los otros filósofos, sino que por el contrario, él descubre en el fuego el “resumen” o punto central de su filosofía. Pues el fuego, aparentemente, es uno mismo; pero no es así, está cambiando constantemente. Además observaría que el fuego produce cambios en la materia.20 Algunos dicen que de él es la frase de que “nadie se puede bañar dos veces en la misma agua del río”21 Es el cambio de un contrario a otro: del frío al calor y del calor al frío; de lo húmedo a lo seco y de lo seco a lo húmedo; etc.22 “Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, hambre y saciedad”, decía. Empleaba la palabra “Dios”, pero es evidente que se refiere a algo muy distinto a los dioses de los que hablaban los mitos. Para Heráclito, Dios-o lo divino- es algo que abarca a todo el mundo. Dios se muestra precisamente en esta naturaleza llena de contradicciones y en constante cambio. En lugar de la palabra “Dios”empleaba a menudo la palabra griega logos, que significa razón (o razón universal).23 Platón le llama “nuestro padre”. Los historiadores cuentan que a los 65 años aproximadamente se encontraría con el joven Sócrates.24 Para la razón el Ser es y no puede No-ser; por lo tanto el cambio no existe, puesto que es el paso del No-ser al Ser, y del No-ser (que es nada) nada sale.25 Acá estamos hablando, especialmente de Heràclito y Parmènides.26 En esto le da la razón Parmènides, en cuanto que no existe el cambio; pues claro, ya que todo lo que existe se reduce a cuatro elementos constitutivos o raíces, por lo tanto nada cambia, todo permanece igual.27 Es así como explica el porqué se disgregan y el porqué se originan nuevos objetos.28 Incluso él declararía: “Pues yo he sido ya anteriormente muchacho y muchacha, arbusto, pájaro y pez habitante del mar”. La transmigración de las almas seria un medio de purificación para que el alma se libere del elemento del mal.